Cuando disponemos de un espacio exterior en el que queremos aislarnos un poco de miradas indiscretas y disponer de tranquilidad y privacidad, puede ser buena solución el instalar una valla de ocultación con brezo. Colocar brezo en una valla metálica es un tipo cerramiento que nos aporta intimidad y que además es un elemento más de la decoración de nuestra terraza o jardín.
Para empezar a preparar la operación habrá que medir el espacio o área que se desea cubrir. Después compraremos los materiales, ahora que ya sabemos los metros que necesitamos. Se deberá encontrar en perfectas condiciones y con todos los accesorios de montaje para garantizar una buena colocación.
Colocaremos el brezo en posición vertical, quitaremos el precinto en el que va sujeto de abajo a arriba. Cortaremos el precinto en la parte inferior y seguidamente haremos lo mismo con el precinto de la parte superior. Lo acercaremos a la valla donde va a ser colocado para ya tenerlo a punto.
Materiales que necesitamos
Necesitamos hacernos con varios materiales, el más importante es el brezo que debemos saber que hay diferentes grosores de espesor y medidas de largo y ancho. Además la manera cómo vamos a fijarlo en la valla determinará si compramos alambre galvanizado, bridas o grapas y grapadora. Las grapas puede ser verdes o galvanizadas, se escogerá según el color de la valla donde se coloca el brezo.
Fijar el brezo en una valla metálica
Una vez ya tenemos el brezo cerca de la valla podemos proceder a fijarlo en la valla. Debemos coger el lateral por diferentes puntos y coger a la vez el alambre del manto del brezo con la malla metálica. Debemos sujetarlo en su totalidad para que quede fijado a la valla. Sujetaremos la parte superior en todo el perímetro y después iremos sellando colocando las sujeciones, de arriba a abajo. Iremos sellando el resto de manto por donde veamos que es necesario. Es importante poner las bridas o grapas en todo el grosor y abrazarlo a la valla metálica.
Para enlazar un brezo con otro debemos poner grapas o bridas bien fijadas y evitar así su separación. Juntaremos los dos extremos evitando espacios, quedando uno seguido del otro. Nos aseguraremos de que no quedan bolsas y que en toda la superficie hay sujeción suficiente para que no se derribe ni haya muchos espacios sueltos, evitando su deterioro.
Revisaremos finalmente que tanto por un lado como por el otro, en todo el largo de la valla, ha quedado bien sellado y si no, podemos reforzarlo.
¿Tienes alguna duda? ¡Podemos informarte de nuestras vallas metálicas y los diferentes sistemas de ocultación!