Un cierrapuertas es un mecanismo cuyo funcionamiento hace que la puerta en la que se instala se cierre de forma automática y segura. Se trata de un dispositivo que casi pasa desapercibido, pero sin embargo es muy común en nuestros días. Siendo muy utilizado en portales, comercios, hoteles, centros de educación, hospitales, etc. El muelle o cierrapuertas, además de aportar seguridad al cerrar automáticamente la puerta, regula la velocidad y potencia del cierre, evitando así los molestos portazos.
Elección del cierrapuertas ideal
La elección correcta de un cierrapuertas va a depender de distintos factores, como la función a desempeñar, la frecuencia de uso, características de la puerta… Para un lugar con mucho flujo de tránsito y puertas más livianas, como un comercio o un hospital, utilizaremos un modelo específico. Por otro lado, para puertas de hierro en portales o similares, necesitaremos un dispositivo que soporte pesos elevados. Aparte del peso de la puerta, se deben contemplar también el material, el ancho, si es interior o exterior, la estética y otras características propias.
A continuación, te explicamos los tipos más comunes de cierrapuertas para que puedas elegir el que más se ajuste a tus necesidades.
Cierrapuertas aéreos
En este tipo de cierrapuertas encontraremos diferentes modelos. Los llamados de brazo articulado son capaces de soportar bastante peso. Podemos optar por uno con retenedor, lo que permite fijar la puerta en el punto que queramos. O sin retenedor, que cierra automáticamente la puerta cuando el brazo articulado hace todo el recorrido. También existen otros modelos de cierrapuertas aéreos, como el de brazo deslizante (apto para puertas cortafuegos) o de muelle de retorno (puertas abatibles).
Ocultos
Son ideales si queremos que no sean perceptibles a la vista, los cierrapuertas ocultos pueden ser hidráulicos o, por el contrario, con resorte (automáticos). El mecanismo va embutido en la propia puerta y es el modelo más utilizado para puertas interiores.
Cierrapuertas de suelo
Recomendados para su uso en puertas de cristal o correderas, donde aun siendo visibles, son mucho menos aparatosos que los aéreos. Van encastrados en el suelo y se caracterizan por su durabilidad y resistencia, soportando cargas de hasta 300Kg.
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