Un par de pilares estables, una puerta que cumpla con la normativa vigente y un motor que ponga en marcha el mecanismo. Para instalar una puerta residencial, no hace falta mucho más. Pero en este post, te vamos a contar qué elementos necesitas tener en cuenta antes de escoger tu portón o cancela. Las puertas residenciales constituyen un elemento de seguridad fundamental en cualquier comunidad, urbanización, edificios públicos y empresas particulares. Pero, además, el espacio y la estética también juegan un papel importante a la hora de elegir el tipo de puerta. Veamos ya, cómo elegir una puerta residencial que se ajuste a tus necesidades.
Elegir una puerta residencial: batiente o corredera
Los automatismos, en este caso para una puerta, nos hacen la vida mucho más sencilla, cómoda y segura. Cuando hablamos de puertas residenciales, la acción mecánica de una puerta, ya sea batiente o corredera, permite abrir y cerrar sin bajarnos del coche. Algo que, sin duda, es mucho más cómodo que bajarse a abrir la puerta de acceso en un día lluvioso. Al cerrarse la puerta tras entrar nosotros, también aporta seguridad y tranquilidad, sabedores que la puerta se cierra a nuestro paso.
Según el espacio del que dispongamos optaremos por una puerta abatible (obatiente) o una corredera. Otro aspecto importante es la estética de la puerta, que deberá ser acorde a la fachada del edificio o casa y al muro de entrada.
¿Tu valla o muro es lo suficientemente ancha como para instalar una puerta corredera con apertura lateral? ¡Perfecto! Igual deberías entonces decantarte por esta opción y ahorrar el espacio que ocupa la apertura de una abatible. En este caso, vas a necesitar un carril o guía por la que se desliza la puerta al abrir o cerrar. En cuanto al diseño y materiales, existen diversos modelos: macizas, enrejadas, hierro forjado, madera, acero inoxidable, etc. Únicamente tendrás que escoger uno en armonía con la valla o muro y la fachada de la casa o edificio. Lógicamente, dependerá de si es un espacio público, residencial, particular y su estilo y diseño arquitectónico.
Por otro lado, están las puertas batientes o abatibles. Las hay de una sola hoja y de dos hojas, que suelen ser las más comunes. El mecanismo se activa abriendo la puerta con un ángulo de apertura de entre 90º y 180º. Aquí es importante contar con el tamaño de la apertura, para elegir uno estándar o uno concreto con dimensiones específicas. Dependiendo de si la apertura invade o no la vía pública, optaremos por una con apertura hacia adentro o hacia fuera. Si el lugar admite que sea hacia fuera, optimizaremos el espacio interior del terreno o finca.
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